Según el informe presentado el 3 de diciembre del pasado año en la sede de la UNESCO y publicado por EY, las industrias culturales y creativas representan el 3% del PIB mundial y dan empleo a 29,5 millones de personas (el 1% de la población activa mundial).
Los ingresos de las Industrias Culturales y Creativas (ICC) superaron a los de los servicios de telecomunicaciones y emplean a más gente que la industria automovilística de Europa, Japón y Estados Unidos juntos. Para aprovechar al máximo el potencial de las ICC, los creadores deben recibir una remuneración justa por el uso de sus obras creativas, de modo que puedan seguir contribuyendo a la cultura y la economía. Especialmente en el mercado digital, ya que las obras creativas constituyen un factor clave que impulsa su economía.
Solo en 2013, los contenidos creativos fomentaron las ventas de dispositivos digitales y aumentaron la demanda de los servicios de banda ancha. Las ventas de bienes culturales digitales generaron ingresos de publicidad para medios online y plataformas de streaming gratuitos. Por lo que la responsabilidad política debe actuar a favor de los creadores y no de los intermediarios de Internet, garantizando que los creadores y las industrias creativas reciben una remuneración justa por la explotación de sus obras. Este estudio mundial de las industrias culturales y creativas muestra que los creadores contribuyen a la economía mundial, por lo que necesitan trabajar en un entorno que proteja sus derechos morales y económicos.
Proteger a los creadores significa proteger la economía.
Para conocer en profundidad el estudio puedes pinchar aquí.